Miedo a salir a la calle y a retomar la normalidad: ¿Qué es el síndrome de la cabaña y a quién afecta?

Con la desescalada es lógico, adaptativo e incluso prudente que tengamos «nervios, expectación y activación» ante el momento de salir a la calle y retomar nuestra normalidad.

Sin embargo, esta situación puede agravarse, «llegando a impedir o a deteriorar la calidad del sueño, de la alimentación, la apetencia o la concentración».

Profundizo sobre el ‘síndrome de la cabaña’ en este artículo en el diario online Periodista Digital

Ansiedad, ¿enemiga o aliada?

Ansiedad, ¿enemiga o aliada?

La ansiedad se ha convertido en el campo de batalla de muchas personas que, casi a diario, luchan por conseguir que desparezca esa sensación tan desagradable y persistente que nos asola y nos deja agotados, desesperanzados y sufriendo.

¿Cómo te sentirías dejando de luchar contra algo que está en ti? Quizás se abriese al dejar de luchar, un espacio para sentir la paz que tanto anhelas.

La ansiedad es un mecanismo de defensa que se activa ante situaciones que consideramos amenazantes. Y aclaro que “consideramos” amenazantes porque es nuestra interpretación de lo que está ocurriendo lo que hace que se active este mecanismo. De ahí a que esa situación sea realmente amenazante para tu supervivencia humana, suele haber un abismo.

Si la información que recibe tu mente de ti es que estás en peligro, lo lógico es que se activen todas las alarmas de tu cuerpo y todo tú se prepare para atacar o para huir, básicamente lo que hace un buen sistema defensivo.

Con todo esto, estarás quizás, llegando a la conclusión, de que tener ansiedad es entonces señal de que estás vivo y de que funcionas perfectamente.

El problema viene cuando realmente no existe tal amenaza. Te estás poniendo tan alerta por algo no real. Estás consumiendo tus recursos energéticos para una batalla que no existe. Este sistema defensivo llamado ansiedad cuando se mantiene en el tiempo, sin tener verdaderamente sentido útil, se convierte en desadaptativo y te hace enfermar, física y mentalmente.

Cuando consideramos que existe una desproporción entre la supuesta amenaza y los recursos que creemos tener, se activa muy fuerte la ansiedad. Solemos carecer de una autoestima sana y un autodesconocimiento enorme de quiénes somos realmente, de nuestras capacidades y dones. Por lo que la ansiedad encuentra el escenario perfecto para instalarse en nuestras vidas y no irse hasta que aprendas a sanar tus interpretaciones de lo que te sucede, apartando el drama y el juicio, y comiences a hacer tu trabajo interno de descubrir quién eres, reinstaurando el equilibrio en tu salud.