Durante la Luna Creciente tenemos la habilidad natural de ver con claridad nuestros objetivos e ir a por ellos, como verdaderas arqueras que siempre dan en la diana.
Mi objetivo en esta luna creciente es: ME AMO, ME CUIDO.
Comparto mi decálogo de la mujer sana:
- Cuido mi alimentación.
Soy consciente de que soy lo que como y de que la gasolina que me hace funcionar no debería provenir del sufrimiento y la muerte de nadie. Me nutro con amor y respeto.
- Conozco y honro mi cuerpo.
Soy conocedora de mis ciclos y de mi salud. Sé que soy mucho más que un cuerpo, pero le honro, le cuido y autogestiono mi salud. Hago ejercicio suave a menudo para poder fluir con la vida y canalizar mi energía. Medito a diario pues mi goce existencial se encuentra en el silencio interno.
- Cuido mi templo sagrado.
Sé que mi útero-corazón es sagrado es el responsable de sentir y gestionar mi salud física y emocional, así que no dejo que cualquier persona entre en él. No contamino mi útero ni mi corazón con la inconsciencia ajena. Me mantengo limpia y sana.
- No me rodeo de gente tóxica ni con adicciones.
Cuido mis relaciones de amistad y amorosas relacionándome con personas sanas y que no mantengan relaciones de poder y dependencia propias de las adicciones. No elijo a personas que me chupan la energía y que no vibren en la energía del amor que soy.
- Pido ayuda.
Soy consciente de que a veces necesito ayuda para manejar algunas cuestiones y que pedir ayuda no me hace más débil sino más fuerte. La sensibilidad es una fortaleza, no una debilidad.
- Me valoro.
Sé quién soy, adonde voy, que necesito y cómo satisfacer mis necesidades y por eso elijo compartirme conscientemente con alguien que disfrute de mi luz y al que no le de miedo mis sombras. No acepto nunca menos de lo que merezco. No acepto migajas de amor. Sólo amor completo, único e incondicional.
- Soy amable conmigo.
Me permito ser y soy amable conmigo. No me exijo nada pues me amo y me acepto tal y como soy ahora. No exijo que los demás cambien ni digan ni hagan nada diferente a lo que hacen, pues les acepto y les amo tal exactamente cómo son.
- Me comunico.
Soy asertiva y expreso lo que quiero y lo que no quiero en cada momento. Comunico mi sentir de una manera honesta y no manipuladora. Si tengo que decir que “no”, lo digo claramente y sin culpa.
- Me responsabilizo de mí. No culpo a otras personas de lo que me sucede.
Así como yo me responsabilizo de mis heridas y de las consecuencias de mis actos, no me hago cargo del sentir y de las opiniones de los demás, pues respeto sus procesos y no interfiero en ellos.
- Respeto a la Madre Tierra.
No contamino la Tierra que piso y que me da la vida. La Madre Tierra es la mujer primogénita y la cuido y respeto a través de mi cuerpo, las plantas y los animales.
Te animo a que hagas tu propio decálogo y te lo tatúes…o lo dejes en un post it en el espejo del baño para tenerlo bien presente 🙂